Cuando llueve poco y la polución se concentra, como es el caso de las grandes ciudades, muchas personas sufren la conjuntivitis alérgica, incluso personas que jamás la habían padecido. Esta situación se agudiza aún más en primavera, cuando comienza la floración y polen se disemina por todos lados.
Seguro que alguna vez habrás oído hablar de la alergia estacional, cuyos síntomas pueden ser la congestión nasal, los estornudos, y el picor de nariz o garganta, que además pueden ir acompañados de picor o enrojecimiento de los ojos, párpados hinchados, lagrimeo y sensibilidad a la luz.
Aquellos que usan lentes de contacto son especialmente sensibles a esta conjuntivitis, que se produce cuando la conjuntiva, una membrana transparente que cubre la parte blanca del ojo, entra en contacto con un alérgeno.
La función de la conjuntiva es proteger el ojo y ayudar a mantener humedecidos tanto al párpado como al globo ocular, pero al estas compuesta por tejidos similares a los que recubren el interior de la nariz, también se muestra sensible al polen, los ácaros, los pelos de los animales, e incluso a algunos productos cosméticos.
La conjuntivitis alérgica no hay que tomarla a la ligera, no tampoco a la tremenda aplicando tratamientos agresivos, lo mejor es acudir al médico para que nos haga un diagnostico adecuado y nos recomiende el tratamiento apropiado.
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