Existen diversas técnicas de cirugía refractiva, y cada vez son más las personas que apuestan por estos tratamientos para reducir o eliminar su dependencia de las gafas o lentes de contacto.
Con el paso del tiempo, la cirugía refractiva ha ido mejorando, y por si te estás planteando operar los ojos, hoy vamos a aclarar conceptos, ver qué diferencias existen entre las principales técnicas de cirugía refractiva: PRK, Lasik, y Lasik sin cuchilla.
Técnica PRK desde 1987
La técnica PRK fue presentada en el año 1987, la queratectomía fotorefractiva o PRK (Photo-Refractive Keratectomy), fue el primer procedimiento refractivo en utilizar una tecnología láser controlada por ordenador para dar forma a la córnea con una precisión microscópica.
La PRK presenta un historial constante de buenos resultados y es una buena opción de tratamiento para algunos pacientes, por ejemplo aquellos con poco espesor corneal.
Sin embargo, existen ciertos riesgos a la hora de realizar este procedimiento. Lo principales inconvenientes se deben al hecho de que la PRK implica la extracción de una fina capa de córnea, lo que deja la superficie del ojo expuesta tras la intervención.
Como consecuencia, la PRK implica tiempos de recuperación más largos, incomodidad tras el procedimiento, un riesgo mayor de infección, y un desarrollo potencial de visión borrosa durante la recuperación.
Técnica Lasik desde 1991
La técnica LASIK fue presentada en 1991, la queratomileusis in situ asistida o LASIK (Laser Assisted in-SItu Keratomileusis), consiguió perfeccionar el procedimiento PRK. Este procedimiento implica el corte de un colgajo en la parte profunda de la córnea utilizando un bisturí metálico.
Los resultados del LASIK han sido excelentes, con tiempos de recuperación más cortos, y menor incomodidad que la PRK. El LASIK es una buena opción de tratamiento para muchos pacientes, pero existen complicaciones potenciales relacionadas con el colgajo, como pueden ser: el desarrollo de ectasia (una protuberancia de la córnea), y un riesgo superior de desarrollar ojo seco si lo comparamos con la PRK.
Técnica Lasik sin cuchilla desde 2004
Presentada en 2004, la queratomileusis sub-Bowman o SBK, es la última evolución en cirugía refractiva, también denominada como LASIK sin cuchilla o sin bisturí. En vez de utilizar un bisturí metálico llamado microqueratomo para cortar a través del tejido de la córnea, el LASIK sin cuchilla crea un colgajo ultrafino utilizando un láser de femtosegundo, capaz de separar de forma delicada la capa externa de la córnea del tejido a tratar.
Con la técnica LASIK sin cuchilla se crea un colgajo corneal delgado justo debajo de la membrana de Bowman, aplicando teorías demostradas de biomecánica corneal que asegura que un colgajo más delgado es mejor para la estabilidad de la córnea a largo plazo, porque implica el corte de menos fibras y nervios.
El láser de femtosegundo tiene una precisión de corte altísima y permite mantener la integridad de la estructura ocular, ofreciendo una corrección de la visión superior. Debido a que el colgajo se hace a una forma y profundidad uniformes, los pacientes experimentan unos períodos de recuperación más cortos, una menor incomodidad, y un riesgo inferior de desarrollar el síndrome de ojo seco.
El LASIK sin cuchilla se ha convertido en el mejor tratamiento de cirugía refractiva que existe, ya que ofrece las ventajas de la PRK y el LASIK, a la vez que minimiza las desventajas asociadas a cada uno de estos procedimientos.
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