Para proteger los ojos en verano nada como unas buenas gafas de sol, no hace falta que sean caras, por menos de 50€ podemos conseguir en cualquier óptica unas de primera calidad y que ofrezcan una protección total frente a la radiación solar.
Las gafas de sol de mercadillo o las que nos ofrecen los vendedores ambulantes sólo cuentan con lentes teñidas, esto es un peligro ya que al oscurecer nuestro campo de visión la pupila se dilata, haciendo que entre más radiación en nuestros ojos.
Unas gafas de sol protectoras son aquellas que cuentan con filtros adecuados para bloquear el exceso de luz y radiación, y opcionalmente incluyen tratamientos para mejorar la percepción de colores, bloquear los reflejos, y otra serie de ventajas.
La mejor opción son aquellas que ofrecen un diseño envolvente que protege no solo de frente sino también lateralmente, algo que en principio parece una mera cuestión de gustos en realidad puede marcar la diferencia, ya que protege nuestros ojos de las rachas de viento, polvo y luz que nos llegan por los costados.
Gafas de sol para niños
Las gafas de sol para niños son artículos que por suerte vemos con mayor frecuencia, la mayoría de la gente desconoce que los ojos de los más pequeños son mucho más delicados y sin embargo muchos no suelen tomar medidas para proteger los ojos.
Ya sea en una escapada a la montaña, a la playa o simplemente cuando salimos a pasear con el carrito, los ojos de los niños sufren una fuerte exposición solar, sin gafas de sol son frágiles y vulnerables porque tanto la córnea como el cristalino no se han terminado de desarrollar y no son un buen filtro para proteger la retina.
Sobreexposición al sol sin gafas
La sobreexposición al sol sin una adecuada protección visual está dando lugar a que cada años más gente y más joven padezca problemas de córnea, cristalino, o de retina. Al igual que en la piel, el daño de la radiación solar en los ojos es acumulativo, cuanto antes lo empecemos a sufrir más pronto podemos padecer sus consecuencias.
Las estadísticas indican que hoy en día ciertos problemas de visión como las cataratas aparecen a edades mucho más tempranas que hace algunas décadas, sin duda nuestro estilo de vida y la falta de precauciones para proteger los ojos están contribuyendo.
Debemos cuidar los ojos todo el año, pero en verano deberíamos reforzar ese cuidado ya que los efectos de la radiación ultravioleta sobre el ojo son mayores, por ejemplo si pasamos el día en la playa debemos saber que el agua incrementa la radiación solar en un 30% y la arena un 20%, en cuanto a la sombrilla, dependiendo del material puede que llegue a filtrar apenas un 34% de la radiación, de ahí que nos podamos llegar a quemar aún estando todo el día a la sombra.
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