Estos días podemos ver en Canal + el corto dirigido por Jean-Claude Rozec y titulado Cuatro Ojos (Cul de bouteille). Un cortometraje de animación donde el protagonista es un niño tan miope como un topo, que detesta sus nuevas gafas porque le hacen ver el mundo tal como es.
El corto Cuatro Ojos o Cul de Bouteille dura nueve minutos, y la trama gira entorno a Arnaud, un niño con problemas de miopía al que obligan a llevar unas gafas horrorosas y grandes, unas gafas que le hacen ver una realidad en la que él es siempre rechazado.
Para él es mucho más divertido su mundo borroso, donde las sombras y los objetos cobran vida y dan lugar a situaciones mucho más divertidas. Sin sus gafas, Arnaud veía cosas que los demás no veían: extraterrestres en la cocina, un trol en el salón, monstruos, dinosaurios, unicornios, etc.
Esto me hace recordar la teoría sobre que los miopes son más inteligentes, si no has oido hablar de ello te recomiendo leer el artículo.
El tema es que en un entorno conocido puede estar bien, puede ser divertido ser miope y no usar gafas, pero cuando uno se pierde la cosa deja de ser tan divertida, ya que uno puede poner en peligro su vida, y ser atropellado por un coche o por un tren.
Está claro que las gafas de culo de botella no son atractivas, entre otras cosas porque reducen los ojos a dos pequeños puntitos, sin embargo como bien dice el dicho “cuatro ojos ven mejor que dos”, por tanto aunque uno se encuentre cómodo con su miopía, es importante corregir este problema con gafas graduadas o lentes de contacto.
Se rumoreaba que Cuatro Ojos podía ser candidata a los Oscar a mejor Corto de Animación pero finalmente no pudo ser, en cualquier caso se trata de un cortometraje muy entretenido donde nos metemos en la piel de un niño que vuelve a descubrir el mundo que le rodea, y se siente triste porque todo es más feo o aburrido de lo que parecía.
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