Parece mentira, pero aún hoy en día mucha gente sigue comprando sus gafas de sol en cualquier tiendas de complementos, en la mayoría de los casos se trata de gafas baratas cuyas lentes no tienen filtro alguno ni protección frente a las radiaciones solares, haciendo que los usuarios se expongan al sol creyendo que están protegidos.
Por si fuera poco, durante los meses de verano la incidencia de los rayos del sol y, por ende, de las radiaciones ultravioletas e infrarrojas es más fuerte.
Ya al hablar sobre las gafas de sol para conducir comentamos alguna de las características que debían tener, realmente no hace falta que unas gafas sean caras o de diseño, simplemente debemos fijarnos en el etiquetado que la acompaña para asegurarnos de que están homologadas y de que incluyen filtros para protegernos de la luz solar y las radiaciones.
Lo más recomendable es acudir a una óptica, donde nos podrán asesorar mejor, dado que existen diferentes tipos de lentes que van mejor dependiendo del estilo de vida que llevemos, además tendremos la garantía de comprar un producto homologado. Si te quieres ahorrar unos euros, entonces te recomiendo comprar tus gafas de sol a través de Internet.
Está claro que comprar gafas de sol no homologadas queda bajo tu responsabilidad, pero debes saber que su uso aumenta el riesgo de sufrir cataratas, un problema bastante grave, ya que es la principal causa de ceguera en el mundo.
Al contrario de lo que alguno pueda pensar, las cataratas no siempre son congénitas, también pueden ser adquiridas, es decir, producidas por una exposición continuada a las radiaciones solares nocivas. De hecho las cataratas adquiridas son las más frecuentes, ya que supone la principal causa de pérdida de visión entre los mayores de sesenta años.
La catarata se da cuando nuestro cristalino se va volviendo opaco, los síntomas que revelan esta perdida gradual de visión son la visión doble, borrosa u opaca, la sensación de neblina constante y ver los colores desteñidos y aureolas alrededor de las luces.
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