En su momento ya hablamos sobre el síndrome de ojos secos, te recomiendo echarle un vistazo para profundizar en el tema, en todo caso para resumir podríamos decir que por diversas causas uno puede tener una lágrima insuficiente o de mala calidad, o bien no se repone lo suficiente con el parpadeo, dando lugar a irritaciones, escozores, enrojecimiento y molestias.
Sabiendo que por lo general la sequedad ocular es un problema crónico, hay que entender que el tratamiento no cura ni trata las causas, lo que trata es el mecanismo de la enfermedad. Cuando se trata de sequedad leve debida a la fatiga o un uso intensivo del ordenador, las lagrimas artificiales pueden ser un gran alivio y ayudan a recuperar la humedad normal.
Tratamiento con lagrimas artificiales
Con este tipo de tratamiento la lágrima natural se sigue produciendo igual, pero la mezclamos con una lágrima creada artificialmente, que es básicamente agua con uno o más principios activos. La idea es que aporte viscosidad para que la lagrima dure más tiempo en el ojo, y que se asemeje lo más posible a la lagrima natural.
Las lagrimas artificiales se suelen encontrar en formato de colirio, de ampollas, o en envases monodosis.
Tratamiento con tapones lagrimales
Cuando se trata de casos persistentes de sequedad ocular está disponible un procedimiento sencillo, que no requiere cirugía y funciona a largo plazo, se trata de los tapones lagrimales, unos tapones diminutos también llamados “oclusores puntales”.
Los oclusores puntales son pequeños objetos que bloquean el punto lacrimal, que es el conducto de drenaje que elimina las lágrimas de la superficie del ojo. Hay puntos lacrimales superiores e inferiores localizados en la esquina interior de cada ojo.
Para que nos entendamos, colocar estos tapones en el punto lacrimal es como poner un tapón a la bañera de casa, el objetivo es evitar que las lágrimas drenen muy rápidamente, y ayudar a conservar por más tiempo las lágrimas sobre la superficie del ojo.
Este procedimiento es seguro, rápido, indoloro y totalmente reversible. Además es interesante saber que los oclusores puntales o tapones lagrimales están hechos de una silicona flexible y suave, similar a la usada para fabricar los lentes de contacto. Sin embargo son tan pequeños que son casi imperceptibles a la vista.
Existen otros tratamientos como por ejemplo cauterizar el tejido de la abertura del punto lagrimal, sellando así el sistema de drenaje del ojo de forma permanente, pero en todo caso siempre es mejor consultar con un oftalmologo para que analice nuestro caso de forma personal y particular.
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