Muchas personas experimentan problemas de visión nocturna o en lugares con poca luz, lo que ocurre es que, en condiciones de baja luminosidad, la pupila aumenta de tamaño para que entre más luz, ahora bien, si existe aberración esférica los rayos de luz periféricos no focalizarán en la retina, lo que ocasiona visión borrosa y halos (círculos de luz difusa en torno de un cuerpo luminoso).
Aunque la mayoría de la gente no lo sabe, es interesante saber que hasta hace poco sólo conocíamos aberraciones de bajo orden como la miopía, hipermetropía y astigmatismo, las cuales son responsables del 90% de la visión, y que afortunadamente se tratan con facilidad empleando gafas graduadas, lentillas, o cirugía refractiva.
Ahora sabemos que hay otros defectos más complejos, aberraciones de alto orden como la aberración esférica, que son responsables de la pérdida de calidad visual. Este en concreto es un defecto propio por la forma natural del ojo, que no sólo afecta a quienes padecen miopía, hipermetropía o astigmatismo, y que por ello actualmente se estima que 8 de cada 10 españoles lo padecen en mayor o menor medida.
Para explicarlo de una forma más práctica y sencilla, podríamos decir que la aberración esférica es como si tu ojo tuviese menos píxeles por imagen, algunos se escapan por delante o por detrás del plano retiniano y esto provoca que la imagen no sea nítida, que veamos borroso.
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